En los últimos meses, muchas grandes marcas han lanzado su propio NFT con suerte dispar. De hecho, la mayoría de veces, los lanzamientos no han estado a la par de la popularidad de la marca. La empresa alemana Porsche ha sido la última en unirse a esa lista con un lanzamiento muy alejado de los estándares que se le presuponen a una marca líder como la suya.
Si pensamos en lujo nos vendrán a la cabeza varias marcas de ropa italianas o francesas como Gucci, Armani o Chanel. En paralelo, también podemos recordar varias marcas asociadas a automóviles de lujo como pueden ser Ferrari, Masserati o Porsche. La mayoría de estas marcas ya están presente de una forma u otra en la Web3.
Porsche, con sede en Stuttgart, lanzó a finales de enero su proyecto NFT con una recepción muy diferente a la esperada por los ejecutivos alemanes. ¿Por qué tantas marcas de lujo fallan de una forma tan calamitosa en su entrada en la Web3?
Los primeros pasos de la empresa centroeuropea fueron los clásicos de muchas grandes empresas: Página web exclusiva para el proyecto, cuenta de Twitter específica – la cual ya ha llegado a más de 40000 seguidores- y un canal de discord que se ha convertido ya en uno de sus primeros puntos débiles, pues no está abierto a la comunidad solo se dedica a anuncios oficiales.
Pero todo se empezó a torcer cuando se anunciaron más detalles del proyecto. Iban a ser 7500 NFT a un precio de minteo de 0,911 ETH. Estamos hablando de que potencialmente Porsche podría embolsarse más de 10 millones de euros simplemente con el lanzamiento del proyecto.
Esto provocó un rápido rechazo por parte de la comunidad. No había una hoja de ruta claramente definida sobre el proyecto, por tanto la gente no entendía por qué tenía que pagar 1.500 euros por un NFT que su mayor valor seguramente era el tener asociado el logo de una marca tan histórica como Porsche. La primera lección que pueden tomar a quien lidere el proyecto en las oficinas centrales de Stuttgart es que ya no vale solo con tener una marca potente hay que también dotar de utilidad a tu proyecto.
Uno de los mayores retos de las marcas de lujo al entrar en la Web3 es el de poder trasladar la exclusividad de sus productos físicos a un entorno digital; en este caso Porsche claramente no supo gestionar esa situación y a las pocas horas de lanzar el proyecto decidieron cortar el suministro de NFTs para así hacer del mismo un bien más escaso recordando cierto paralelismo a lo que puede ocurrir con sus propios automóviles. Menos de un tercio de los 7.500 disponibles fueron vendidos. Ese cambio en el suministro haciéndolo un bien más escaso provocó la subida del precio mínimo del proyecto (floor price).
Claramente las expectativas superaron a la realidad. Parece que el gigante alemán no supo aliarse con partners que pudieran ayudar a hacer más digerible y entendible este lanzamiento a un público que en su mayoría es ajeno a la Web3. Además, la falta de explicación entorno a los beneficios y utilidad del NFT (se limitó a un roadmap muy vago y standard) provocó un rechazo de la comunidad que al final debe ser tu primera prioridad y aliada. No está justificado el ponerle un precio alto a un proyecto tan solo porque te llamas Porsche.
En muchas carreras, una mala salida se puede paliar con una remontada en las siguientes vueltas. Veremos si Porsche es capaz de recuperar el terreno (y la confianza) perdida en su estreno en la Web3.
